lunes, 13 de julio de 2009

RENACIENDO

mPresté atención a mis pesares y descubrí que estaba siendo víctima de mi ego
Ese tirano absurdo que nos domina cargándonos de miedo, de angustia, de ira, de venganza. El que quiere ganar todas las batallas entorpeciendo la razón, ahogando el alma, alimentando sólo la revancha, convirtiendo en profundo dolor lo que nos pasa. Es el ego el que afila los puñales y sabiamente nos desarma. No me llevó mucho tiempo darme cuenta, buscaba en los demás lo que sólo yo estaba conteniendo.
Decidí dar vuelta la moneda y apareció el amor, sanador del alma, del corazón, del pensamiento.
Comencé a reflotar mis verdaderos sentimientos, me reencontré conmigo y otra vez dije ¡basta!.
El amor es la esencia de la vida, nos hace olvidar nuestras preocupaciones mezquinas y abre nuestra conciencia a la magia y al misterio de vivir. Nos recuerda que estamos vivos. Todas sus lecciones son de vida, yo he podido comprobarlo y considero al amor como la raíz y la sabia de mi vida.
La más sabia de todas mis mujeres, la que habita en la cueva de los instintos me dice: -¡Enciende el fuego, es el momento!. El amor todo lo puede ¡vamos a enamorarnos!- me susurró al oído la muy atrevida y sin darme cuenta... decidí enredarme en los amores.

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